Permitirme que introduzca este mini comentario
que no tiene nada que ver con la temática del blog, pero como diría aquel "es mi escatergoris y
me lo llevo".
Tanto en la naturaleza como en los seres vivos a nivel celular y por reproducción de estos
modelos, en los sistemas sociales, exista la figura del elemento conector,
facilitador, catalizador, conseguidor.
En un equipo, diríamos que sería aquel
del que nadie hablaría en los telediarios, aquel que no va a meter gol o
culminar en canasta un contrataque ni una jugada, ni tan siquiera sería aquel
que da el pase final, la asistencia.
Estoy hablando de aquel que solo te das cuenta
de la falta que te hace en el equipo cuando ya se ha marchado de tu equipo,
aquel jugador que no es un prodigio físico o técnico, pero es aquel que
entiende el juego, aquel que sabe la idea del equipo y hace una cosa tan simple
pero a la vez tan complicada cómo: HACER LO QUE HAY QUE HACER para que el
objetivo del equipo se lleve a cabo, sacrificando sus propias intenciones para
que todo salga como se ha entrenado, y el balón llegue a los sitios correctos y a las personas adecuadas.
La sociedad solo premia al que mete gol, a la
cabeza visible del objetivo cumplido, al triunfador y el resto son poco menos
que atrezo para éste campeón. Pero eso es lo que se ve en la tele, es una
información implícita, que llega al subconsciente y parece que te diga si no la
metes no vales nada, si no eres capaz de cambiártela entre las piernas y romper o
tirar en suspensión no vales para nada.
Es cierto, que cualquier jugador debe
luchar por mejorar diariamente sus cualidades técnicas y físicas pero se olvida
que lo que te hace jugar minutos, lo que le va a dar a tu entrenador la
confianza para que juegues más o menos, tiene mucho más que ver con la parte
cognitiva del juego, la táctica, que las otras ya mencionadas.
Ser catalizador, es ser la pieza clave para que
todo llegue a buen fin. En una empresa, en un club, en el cuerpo humano, son
aquellos enlaces que ponen en contacto los elementos necesarios para emerjan
nuevas características, para dotar de nuevas propiedades al sistema. Son los
que hacen todas esas pequeñas cosas que de lo fáciles que son nadie hace, tan
solo ellos y da lugar a que las cosas salgan.
Incluso es una forma de asumir un rol dentro de
un equipo, aunque seas finalizador o seas más protagonista, habrá días en los
que no estas acertado y deberás adoptar una nueva función, si conoces el juego
y sabes cómo puedes hacer que ocurran las cosas, podrás adoptar el rol de
facilitador, ayudar a que tus compañeros lleguen a los objetivos facilitando,
conectando el balón con las personas adecuadas en los momentos exactos o
realizando un movimiento de desmarque con tanta precisión y realismo que deje
solo al compañero.
Lo más curioso es que las mayorías de las
acciones que realiza un “facilitador”, no son maravillosas ni requieren de ningún
superpoder, estas acciones se realizan en su mayoría sin balón, como mucho
requieren saber pasar o dar algún que otro bote para hacer picar a la defensa y de esta forma
ayudar al equipo a conseguir su propósito. Como he dicho nadie le felicitara,
no será él quien anote, pero será la parte más importante del sistema será el
estandarte de la táctica colectiva.
En el futbol americano, entre los jugadores de
ataque, los quaterbaks (los pasadores) son de los más elogiados por la prensa y
por los aficionados (podemos destacar a Jou Montana), pero para los
entrenadores e incluso para los propios quaterbacks, los jugadores más
valorados, son esos mastodontes, que los defienden y evitan que
los otros mastodontes acaben con ellos y puedan dar pases precisos a los linebackers (creo que se llaman así, para entendernos los que corren para recibir y anotar el touch down). Al final de año los Quaterbacks
agradecen esta labor a sus mastodontes con regalos ya que sin ellos saben que
estarían perdidos y su juego no sería el mismo.
Humildad, sacrificio por el equipo, nobleza
sería algunas de las cualidades de los facilitadores, los héroes del equipo sin
super poderes.